Translate

sábado, 8 de abril de 2017

113 aniversario de muerte de Isabel II





Isabel II Anciana.



Mañana se cumple el 113 aniversario de muerte de la que fuera Isabel II de España,  inmortalizada por Pérez Galdós como la de los tristes destinos. Moría el 9 de abril de 1904 a la edad de 73 años. Aunque las comparaciones sean odiosas, su tocaya, Isabel II del Reino Unido, cumplirá dentro de unos días 91 años sin cesar en su cargo de reina, ostentado desde 1953. Isabel II de España murió en París, donde se hallaba exiliada 35 años desde su salida forzosa de España en 1868. Rescatada del olvido por motivo de su fallecimiento con reseñas sobre su trayectoria, resultaba inevitable sacar a la luz ciertos hechos inconvenientes para la monarquía española.

Como afirma Isabel Burdiel(1) el rey Alfonso XIII no fue a recoger el cadáver de su abuela la ex reina Isabel II, ni  tan siquiera la visitó pocos meses antes de su muerte cuando le venía de paso en su viaje a Viena. Cien años después, en 2004, la Casa Real mantenía distancia respecto a la conmemoración habitual en estos casos, y la exposición organizada la dejó al margen, en penumbra, hablándose únicamente de su reinado. Juan Carlos I había sido impuesto por el dictador Franco, que en su campaña contra don Juan de Borbón, echó mano de los trapos sucios de Isabel II, tomando sin embargo como a su pupilo Juan Carlos, hijo de don Juan, como un fiel heredero del régimen franquista con título monárquico. Fue en esta etapa cuando un hombre fuerte del régimen falseó nuevamente el asesinato de Federico Puig Romero, rememorándose las falsedades divulgadas durante el reinado de Isabel II y el de su hijo Alfonso XII.


                    Juan Carlos Borbón y el dictador Franco.


La restauración de los Borbón en 1975 con Juan Carlos I tras haber partido al exilio su abuelo Alfonso XIII, se producía impuesta por un militar, como sucedió en 1874 con Alfonso XII tras haber partido al exilio su madre Isabel II agotada la resistencia de su trono tras el golpe certero recibido con el movimiento revolucionario del 22 de junio de 1866, una de las jornadas más sangrientas de la historia de España y, sin embargo, la más silenciada. La represión y oleadas de fusilamientos no bastaron para sostener su corona. La conspiración y asesinato de que fue objeto Federico Puig Romero, vinculado al pasado más oscuro de ella y su dinastía, tampoco fue suficiente para que la corona resistiera. De nada valieron los testigos falsos, la cortina de humo en prensa acerca del asesinato, las extraordinarias concesiones a la viuda y huérfanos que presenciaron el terrible asesinato que el gobierno de Isabel II disfrazó como producto de la sublevación.

Cuartel de San Gil (Madrid) en 1866.


El peso de aquellos crímenes se volvería como un bumerán contra la dinastía Borbón en noviembre de 1872, cuando fueron tema de debate nacional las muertes de los oficiales de artillería dentro del cuartel de San Gil, derivando este grave conflicto en la primera república española el 11 de febrero de 1873. La segunda vendría en 1931 de modo democrático pero rota por la sublevación militar que daría pie a la guerra civil vencida por Franco, dictador durante 36 años. Isabel II y Federico Puig Romero debían seguir manteniéndose en la sombra.


(1)Catedrática que recientemente ha aprobado Voces desde el más allá de la historia para ser presentado en la Falcultat de Geografia i Historia. Su biografía sobre Isabel II publicada en 2011 obtuvo el Premio Nacional de Investigación de Ediciones Taurus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario